La pregunta surgió
como corolario de una intensa reunión de trabajo político que se realizado en
mi casa, porque aún estoy convaleciente de neumonía.
-¿Fue Peña Gómez el
primero en hablar de Socialismo Democrático, singularizando una especie dentro
del género del socialismo? -
Manuel Peña, uno de
mis colaboradores de más antigua data en mis esfuerzoseducativos políticos, fue
quien la hizo la pregunta. Sereno,
controlado, confiable, Manuel es un cuadro del PRM que no solo activa en tareas partidarias sino
que reflexiona y aporta ideas para que nuestro partido fortalezca su esencia
doctrinaria.
Ir de la teoría a
la práctica, y viceversa es una misión de la secretaria nacional de educación y
doctrina que dirijo y de la cual Manuel
forma parte.
La respuesta
que dí nos llevó a prologar la reunión,
y a teorizar bastante.
No fue Peña quien
habló primero de Socialismo Democrático.Rodrigo Borja escribió varias obras sobre
el tema. Antes que él, Karl Ludwig y el chileno Carlos Morales Abarzuaexplican
en dos volúmenes la Historia del Socialismo Democrático en América Latina y la incidencia
de algunos emigrados españoles en la evolución del concepto.
El Socialismo Democrático
es una tesis hibrida, que mantiene de su padre legítimo, el SocialismoCientífico,
su profunda vocación de cambio, su decisión de establecer condiciones que
ayuden a los seres humanos en el ejercicio pleno de sus derechos, ese rechazo a
aceptar la desigualdad, incluso la de género como algo fatal, natural. Suavizalas
radicales aristas de aquel Socialismo real que se tornó en la práctica en
inhumano e insoportable, y asume, casi como pleonasmo el apellido democrático
para rescatar libertades que son ínsitas a la naturaleza humana.
Para Norberto
Bobbio el calificativo es innecesario; él define rotundamente que “el
Socialismo no es otra cosa que la
democracia plenamente desarrollada”.
Otro costado del
Socialismo Democrático lleva la impronta de la Social Democracia satanizada por
la ortodoxia leninista. Esa variante se Justifica sin embargo, no solo en
Alemania, sino en todo la Europa del Norte porque engendro el modelo de Estado de Bienestar con su
irrefutable buena cosecha de sistemas de Seguridad Social universales y
solidarios.
Aprovechándose de
que en la postmodernidad las ideologías han dejado de ser dogmas ortopédicos
para dar paso a la duda o la pregunta que conduce al razonable convencimiento,
el Socialismo Democrático ha seguido remontando su historia, asumiendo rasgos
nuevos que surgen de su “donde, su cuando y con quienes”.
Esta doctrina se entiende ahora aquí en estos
países donde no pudo ni puede caber la tradicional contradicción entre
burguesía y proletariado, porque esas clases no existen definidas, en ese
nuevo Socialismo Siglo XXI, que como
decía Rodrigo Borja, “estamos construyendo con arcillas autóctonas”, y como
decía Martí “con sangre de las venas y del alma”.
Aunque se
diferencia de acuerdo a su contexto nacional, el Socialismo Democrático de hoy,
de nuestra América sobre todo, debe caracterizarse por un principio
inconmovible que nos llega de la voz profética de Bolívarproclamando el ideal
de la Patria Grande.
Integración, la llamamos
ahora; la describió magistralmenteJuan José Arévalo en su metáfora: la unión de
las sardinas para evitar que los tiburones imperialistas antes, ahora
neoliberales, nos devoren.
Las horas iban
pasando y tareas inmediatas reclamaban la presencia de los compañeros que me
visitaban. Tuvimos que concluir por el momento, este intercambio que ilumino
con la teoría nuestra practica partidaria.
Recordamos que Peña
no fue el primero en hablar de Socialismo Democrático pero sí lo fue en
asumirlo, presentarlo, difundirlo y tratar de aplicar lo en República
Dominicana.
Nosotros, los
perremeístas que proclamamos en los Estatutos que asumimos como ideología el SocialismoDemocrático,
constituimos una especie política, “rara avis” en un país donde el neoliberalismo
ha logrado imponer su gran mentira de la muerte de las ideologías, para dejar
paso al dominio absoluto del Rey Mercado.
Porque tenemos la
responsabilidad de aplicar ese compromiso estatutario, en esta charla que transcribo,
queda plasmado el deber de la Secretaría Nacional de Educación y Doctrina del
PRM de estudiar, expandir y crear subjetividades propicias que participen en
los cambios que necesita el país para que la solidaridad, la igualdad, las
libertades y la justicia social sean la forma de vida cotidiana de los
dominicanos.
O sea, que de la
democracia formal, falsa, desacreditada que tenemos, pasemos a ser un Estado
Socialista-Democrático.
¡Miren por donde,
hablando y hablando, llegamos a juramentarnos para lograrlo, como nuevos
trinitarios, integracionistas tipo siglo XXI!
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