El personal
de salud del hospital municipal de Tamayo labora sin equipos médicos, insumos,
ambulancia y especialistas que faciliten una atención humanizada y con calidad.
Por Lisania Batista, Redactora Senior/ Diariolibre.com
TAMAYO,
PROVINCIA BAHORUCO RD. Los colchones están rotos, las cunas oxidadas, no hay
sábanas para colocarles, y en las paredes despintadas y sucias hay unos clavos
que empleados colocaron para sostener los sueros que tuvieron que comprar
familiares de los internos para hidratarlos.
Allí no hay
cardiólogos, ni gastroenterólogos, tampoco cirujanos, ahora es que tienen una
pediatra que consulta tres veces a la semana, visita los internos y trabaja en
emergencia.
Una recién
enviada médico familiar enviada recientemente de la capital hace el trabajo
cuando ella no está.
Así de
deficiente está el hospital municipal Julia Santana, del municipio Tamayo, en
la provincia Bahoruco, donde al parecer las reformas del sector salud que se
iniciaron en el 2000 no han llegado.
Las
enfermeras hablan de las precariedades sin tapujos, se les pregunta y
responden, y hasta hacen revelaciones de experiencias personales, pero cuando
se les preguntan sus nombres, se sonríen y responden: usted puede ver todo y le
contesto todas sus preguntas, pero mi nombre no se lo puedo decir, porque mi
familia vive de este trabajo, y no quiero tener problemas.
De esa
manera, cuentan que el hospital carece de equipos de rayos X, ni pensar en un
sonógrafo, cuando en el centro de salud faltan nebulizadores.
Sólo existe
un aparato en el área de emergencia, el cual comparten con los pacientes
ingresados con problemas respiratorios.
“Nos hemos
visto aquí en situaciones que hasta con los bombillitos de los celulares
tenemos que medicar”, dijo la enfermera.
Cada sala
tiene un bombillo de baja intensidad que apenas les permite ver el medicamento
que le suministran a los pacientes.
La visita al
centro fue pasadas las 5:00 p.m., y no había autoridades. De hecho se informó
que la directora estaba de licencia médica, y quien la sustituye se había
marchado.
El hospital
cuenta con tres ginecólogos, pues es alta la tasa de parto, la mayoría de
extranjeras haitianas que llegan sólo a dar a luz, sin analítica y muchas veces
tienen que referirlas al centro asistencial de Barahona, porque necesitan
estudios especiales o intervención quirúrgica de urgencia, y en Tamayo no hay
anestesiólogo disponible.
Personal
escaso
Hay un
anestesiólogo nombrado, pero asiste un solo día al hospital.
Hay veces
que una enfermera tiene que hacer trabajos que no le corresponden o tiene
exceso, y entre ellas surge sin respuesta la pregunta ¿cómo usted le va a dar
una calidad de servicios, mientras usted está trabajando con 15 pacientes usted
solo, como cuando ocurren esos brotes que hay que acostar hasta a dos pacientes
en una cama?
Son cinco
enfermeras por turnos y son tres los horarios, entonces cuando a una le pasa un
problema, tienen las demás que encargarse del trabajo de la que falta.
Pinchada
El traslado
de pacientes a otros centros sanitarios de la zona o del Gran Santo Domingo
debe hacerse en transporte público, salvo excepciones de algunos que tienen sus
propios vehículos.
En la parte
frontal hay una ambulancia que el menor daño que se observa son las cuatro gomas
vacías hasta llegar al suelo.
“Cuando se
presentan esas embarazadas que llegan con labor de parto, si vienen con anemia
se refieren, porque les puede dar una preeclampsia o cualquier otra
complicaciones de salud, y hay que evitar que se muera y lo hacemos, porque no
contamos con los medios para hacerlo”, revela una enfermera.
Hay escasez
de catéteres en el área pediátrica, que les obliga a pedirle a los padres
comprar la sonda que guía el líquido al cuerpo.
Jordana
Pineda, madre de un niño interno, dijo que tuvo que comprar el suero y los
materiales gastables que necesitaba ese día su hijo con fiebre, vómito y
diarrea. También compró un jarabe.
En el
hospital trabajan con ayuda de Dios y de los familiares de los enfermos,
coinciden más de una de las enfermeras.
A pesar de
las reformas que se han hecho en el sector salud, las deficiencias que
persisten indican que sigue siendo inoperante.
Las
consultas son en las mañanas, y los pacientes casi no asisten a las Unidades de
Atención Primaria (UNAP), porque prefieren ir al hospital con la esperanza de
que hayan enviado un nuevo especialista.
Datos
geográficos
Tamayo
pertenece al sur profundo, y tiene una población superior a los 11 mil
habitantes.
Su economía
es de tipo agrícola y de remesas de una parte importante de su población que
emigró al extranjero, sobre todo a Europa, a principios de la década del 90.
Hasta hace
algunos años contaba con siete clínicas rurales y el hospital municipal.
El perfil
epidemiológico está fundamentado en enfermedades de tipo respiratorio y
gastroenteritis, esto último por las contaminaciones que ha sufrido el río
Yaque del Sur que abastece el acueducto municipal, producto de las inundaciones
provocada por fenómenos naturales y la mala práctica de sus habitantes.
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