Por PETRA SAVIÑÓN
Aunque el código para la protección de los derechos de los niños, niñas y adolescentes prohíbe que como víctimas o victimarios sean identificados, las informaciones sobre menores perjudicados por abuso sexual que envía el Ministerio Público a los medios de comunicación, dan detalles que facilitan reconocerlos.
Publicaciones que reposan en los archivos de este diario, si bien no colocan el nombre de los afectados, contienen datos como sus iniciales, el barrio, la calle, el nombre de los padres o del supuesto victimario; su parentesco con la víctima y hasta las fotografías de condenados.
Una información de la fiscalía de la capital del 9 de junio pasado indica la edad de la víctima, su estado de gestación, su cuadro anímico, el nombre del presunto agresor, que la buscaba en la escuela y el sector y la calle en la que trabaja.
Una nota del 11 de septiembre ofrece el nombre y la edad del supuesto culpable, las edades y las iniciales de los menores, el sector en el que ocurrió el hecho e incluso que en su vivienda hay una piscina, que usó para atraerlos.
Una del 10 de diciembre detalla que un pastor evangélico, cuyo nombre ofrece, fue condenado por violar a tres menores de un grupo artístico que describe, el nombre de la iglesia que pastoreaba e incluso la vía por las que la sedujo.
El 18 de ese mes, la noticia no solo explicaba que el imputado, al que identifica hasta con apodo, era padrastro de la niña, sino incluso que la contagió de una Infección de transmisión sexual que hasta describe.
El 15 de enero de este año publicó otra que detallaba el nombre y la edad del victimario y la de la víctima, su relación de vecinos, la enfermedad de la joven e incluso la de su padre.
Una información del 27 de abril registra nombre y apodo del victimario, su condición de padrastro, la edad de la víctima, el barrio en el que ocurrió el hecho y hasta una fotografía del hombre, tomada por la fiscalía.
Una nota que remitió la fiscalía de la provincia Santo Domingo el 21 de febrero del 2014 indica el nombre y la edad del victimario, la edad de la víctima y su condición de niñera de dos hermanitos del agresor.
Una del 29 de febrero de este año detalla el lugar en el que ocurrió la violación, el nombre y la edad del presunto agresor y la del agredido; su relación con la familia y el tiempo que supuestamente llevaba en la comisión de ese acto criminal.
Una información del 21 de marzo de esa misma dependencia consigna el lugar en el que habría ocurrido el hecho, la identidad y edad del victimario, y que vivía en el mismo sector que la agraviada.
En provincias. Las noticias de pueblos no llegan a la redacción de los diarios de la capital con la misma frecuencia que las del Gran Santo Domingo.
No obstante, es posible recoger casos como uno del día 20, reportado por el Ministerio Público de La Romana, que identifica al supuesto victimario, al colegio y a la iglesia que dirigía. Ofrece la edad de la víctima, su calidad de estudiante del centro y que tiene una hermana mayor.
Otra del 25 de abril, enviada de Santiago explica la edad y nombre del acusado, la de la víctima, el lugar y que el niño era cuidado por una hermana del imputado.
Desbordada. La situación no asombra al presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Manuel María Mercedes, quien afirma que han insistido al Ministerio Público para que descontinúe la práctica. Pero sin éxito.
“Lo que ocurre es que ese órgano, igual que la Policía ha hecho un mal uso y una mala costumbre al brindar informaciones que afecten la identidad del menor”.
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