Por Teofilo Quico Tabar
Por las cosas que están sucediendo en el aspecto político, vale la pena
recordar que las elecciones serán dentro
de 4 años. Que para ese evento todavía
faltan cuatro Navidades y cuatro Semanas Santas, amén de los muchos días feriados intercalados en ese
largo trayecto. Si se tratara de una carrera olímpica, habría que
clasificaría como maratón o larga
distancia.
Con sus acciones, tanto políticos del oficialismo como de la oposición,
a veces dan la sensación de que no se
han percatado que las elecciones recién
acaban de concluir, y que hay un gobierno que apenas tiene dos meses de
instalado. Quiere decir, que deben pensar seria y serenamente. No ir muy de
prisa para no gastar todas las energías por adelantado, pues al final de la
jornada podrían faltarles fuerzas o resistencias para llegar a la meta con
tiempos más o menos aceptables y en lugares honrosos.
Algunos podrían entender que
cuatro años pasan rápido, pero aunque sea así, para llegar allá toma su tiempo. Llevar a cabo una tarea de
gobierno aceptable, como hacer oposición entendible y cautivante para la gente,
además de estrategias, amerita esfuerzos,
claridad de objetivos y sobre todo coherencia. Aprender de las experiencias que
ellos mismos u otros han vivido.
Los oficialistas deben
concentrarse en hacer su trabajo de forma correcta, mientras que la
oposición debe ir ensamblando planes y
estrategias de corto, mediano y largo plazo. Estableciendo metas concretas para
cada tramo de las estrategias establecidas. Pero lo primero que deberían hacer
es, comenzar a diferenciarse en sus discursos, a menos que hayan tomado la
decisión desde ya, de ir juntos y con una sola candidatura a las elecciones
dentro de cuatro años.
Si la oposición, aún faltando cuatro Navidades y cuatro Semanas Santas,
ya tomó o piensa tomar la decisión de llegar hasta la meta del 2020 de manera
unificada, deberían, lo más pronto posible, hacer un listado de los aspectos
más importantes del quehacer político, social, económico, cultural, así como de
otros de no menor envergadura, para que
afinen y aclaren desde ya las
posiciones de cada grupo.
Tratar de convertirlas en unitarias, para que en medio del camino no
comiencen a aparecer situaciones contradictorias que les perjudique en las
individualidades, y que al final repercutan negativamente en las globalidades
unitarias.
No me estoy refiriendo solo a quien podría ser el candidato
presidencial, ni a las posibles
aspiraciones que pudieran surgir en las diferentes provincias y municipios, que
de seguro surgirán. Me refiero a los puntos de vista sobre temas de importancia en el debate nacional.
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