Por Claudio Acosta/ Hoy.com.do
La
dirigencia del PRM tiene razón: es difícil no vincular la entrega “graciosa”
del Teatro Agua y Luz a una empresa del ingeniero Miguel Vargas Maldonado
al apoyo del PRD a la reelección, y lo mismo puede decirse del “pacto
histórico” recientemente anunciado por el presidente Danilo Medina y el
presidente del partido blanco.
Es
el alto precio que tiene que pagar el mandatario por embarcarse, faltando a su
palabra empeñada, en la reforma constitucional que hizo posible su
repostulación, pues la mayoría de los ciudadanos (ver la última encuesta
Gallup-Hoy) está convencida de que el dinero corrió a raudales para
comprar conciencias y voluntades.
Son
los mismos ciudadanos que no dudarán en creer que el Gobierno está entregando
exoneraciones (o facilidades, que para el caso es lo mismo) de vehículos a los
dirigentes peledeístas que ofrecieron su apoyo a la reelección, denuncia que ya
investiga una comisión de la JCE.
El
Gobierno ha desmentido esas informaciones, pero sus voceros no han podido
evitar mostrarse a la defensiva y poco convincentes, como ocurrió con la
denuncia del candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, de que las visitas
sorpresa del presidente Medina son un engaño, pues la mayoría de
las promesas del mandatario no se han cumplido.
Y
como ya la oposición se dio cuenta de que esas denuncias, sean ciertas o
falsas, encuentran espacio en la opinión publica y, por vía de consecuencia,
afectan la imagen del Gobierno, puede adelantarse que vendrán
muchas más y que los funcionarios tendrán que emplearse a fondo para torearlas.
Pero no será una tarea fácil.
Porque
independientemente de la popularidad que las encuestas le atribuyen al
presidente Medina, del triunfalismo que transpiran bocinas y corifeos,
los ciudadanos que fuimos testigos de la forma en que se modificó la
Constitución estamos convencidos de que este Gobierno es capaz de
cualquier cosa.
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