domingo, 15 de noviembre de 2015

Se ha acostado con 99 personas y espera la número 100

Por AGENCIAS

“Me he acostado con 99 personas y estoy lista para el número 100″.  La confesión la hace la sexóloga y bloguera Zoë Ligon  con un objetivo bien claro.
¿Por qué? La idea de ella, conocida como Pippa Vacker, es derribar la idea machista de que las mujeres que tienen muchos compañeros sexuales son “fáciles” o “ninfomanas”.
Para lo mismo escribió un  artículo titulado:  “I’ve Slept With 99 People – & I’m Ready For Number 100″ ( “Me he acostado con 99 personas y estoy lista para el número 100″).  Fue publicado por el diario estadounidense Huffington Post.

“Cuando escribo artículos educativos sobre sexo, a menudo me encuentro con que la gente identifica el concepto de ‘sexualmente activa’ con cosas negativas. ¿Soy ninfómana? No. El diccionario define el término como ‘exhibir preocupación inusual o excesiva hacia la actividad sexual o indulgencia hacia ella’, y en mi opinión todo eso es muy relativo. Lo que una persona considera inusual, otra puede considerarlo normal”, explica en el artículo.
La escritora invita a las personas a estar “orgullosa de tu número, sea cual sea, incluso cuando no tengas ni idea de cuál es”. En realidad, según ella afirma, “no significa nada”.
“Estoy preparada para ti, número 100”, concluye.
A continuación la publicación que hizo sobre el tema:
“Bueno, yo simplemente voy a decirlo. De acuerdo con la escalofriante (y confidencial) hoja de cálculo Excel que documenta mi vida sexual, me he acostado con 99 personas. La gran mayoría de estas personas (vamos a llamarlo el 97%) fueron hombres.
Puedo verlo ahora; mi vida como una oscura comedia romántica de los 90. Una mujer joven con 99 parejas sexuales decide que son “demasiados” compañeros, decide esperar para llegar al 100, y entonces llega un caballero de brillante armadura. Él es el compañero cien y el compañero de ella de por vida.
Mi vida no es una trama de una película con problemática sexista como mencione arriba, pero cuando me di cuenta de que mi “número” había llegado a 99, no puedo decir que no pensé en bajar el ritmo.
He leído muchos artículos que tratan de difundir la noción de que el número de parejas sexuales no importa, pero todos fracasan miserablemente. Recientemente leí un artículo con una entrevista a 10 mujeres y ninguna de ellas tenía un recuento de más de 40. Personalmente, creo que se puede dormir con 0 personas o un millón de personas, y eso está muy bien, siempre y cuando sea seguro y consensuado. Pero encontré que esté artículo en realidad impulsaba la construcción social de la existencia de un límite en el número de personas con las que uno puede dormir.
Y no me hagan hablar acerca de cómo se trata a una mujer que durmió con 99 personas en comparación con un hombre con ese número de parejas sexuales. Mientras desprecio cualquier forma de humillación pública por razones sexuales de cualquier persona, independientemente de su sexo, vamos a ser realistas; la sociedad está construida sobre la base de textos que alientan —No, REQUIEREN— que las mujeres a sean vírgenes hasta el matrimonio si quieren ser valoradas por la sociedad.
Un hombre mujeriego puede ganarse su lugar el mundo, mientras que una mujer “fácil” está enferma, contaminada, es libertina e inmoral. Podría seguir durante años sobre el tema del género-identidad y la promiscuidad sexual, pero yo sólo voy a abogar universalmente por la gente de todos los géneros que han dormido con una cantidad de gente que provoca humillaciones públicas por motivos sexuales.
¿Me arrepiento de haber dormido con tantas personas ? No, ni un poco. Si bien no necesito dar una explicación o justificación de por qué mi número es 99, voy a diseccionar mi pasado sexual para ver cómo llegue aquí.
Muchos de estos compañeros sexuales fueron el resultado de relaciones de una sola noche o aventuras de corta duración durante mis 19-21 años. Ahí es realmente cuando se acumuló la mayor parte de la cuenta. He estado sexualmente activa por 8 años, así que es un poco más de 12 parejas por año en promedio, o una pareja al mes; aunque, insisto, podría decir que más de la mitad de mi recuento puede atribuirse a a esa período de mi vida lleno de amantes. Nunca he estado en una relación larga, lo que seguramente ha contribuido con mi “número” .
Entonces, ¿cuál es el problema con el número? No lo sé. Seguí la cuenta porque me gusta ser capaz de mirar la lista y recordar esos momentos impresionantemente sensuales. No quiero olvidar a nadie, ni siquiera a los imbéciles.
Cuando escribo artículos educativos sobre sexo, a menudo encuentro que la sola noción de que soy sexualmente activa hace que la gente comience a decirme cosas negativas. Me dicen “zorra” y “puta” mucho, y a la gente suele gustarle atribuir mi sexualidad a la necesidad de un terapeuta o a problemas con mi padre. No, chicos, me gusta tener relaciones sexuales, ¡un montón!
¿Soy un “ninfómana”? No. Merriam-Webster define el término como “exhibir preocupación inusual o excesiva hacia la actividad sexual o indulgencia hacia ella”, y en mi opinión todo eso es muy relativo. Lo que es inusual para una persona para otra es “normal”. (En realidad tengo un mucho sexo vainilla. La posición del misionero es mi preferida). La definición mencionada también connota un enfoque poco saludable sobre la sexualidad, y “ninfómana” es, de hecho, un diagnóstico clínico.
Siento que abordo las relaciones sexuales con una mentalidad muy saludable y constantemente consulto conmigo misma y evalúo mis acciones. De todos mis años (más de una década) en terapia, nunca he tenido un analista que encontrara algo malo con mi comportamiento sexual. ¡Quizás sólo haya escogido terapeutas inteligentes!
¿Estoy “floja”? Bueno, en primer lugar, ya he hablado de cómo uno no puede “aflojarse” por tener demasiado sexo. Además, a la mierda con esa terminología. Digamos que yo puedo masturbarme con consoladores que tienen un diámetro muy fino y entran agradable y perfectamente. Cada cuerpo es diferente con respecto a las formas y tamaños que se sienten bien para ellos, y no tiene nada que ver con el pasado sexual.
¿Estoy “enferma”? Bueno, tuve gonorrea una vez, pero en realidad esa es una enfermedad que puedes contraer sin siquiera haber sido penetrado. Aparte de eso, nunca, nada. Esto se debe sin duda al hecho de para mí el sexo siempre tiene que ser seguro. Y además puedes tener sexo, literalmente, solo una vez y contraer una enfermedad de transmisión sexual (ETS) tomando sol.
Siéntanse orgullosos de su “número”, el que sea, incluso si tú no tienes idea de cuál es (realmente no significa nada, de todos modos).
Estoy lista para ti, número 100″

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