EL
DESAFÍO FUNDAMENTAL DEL PLD CONSISTE EN PROMOVER LA CALIDAD DE SUS MIEMBROS.
Por
Leonel Fernández
Santo Domingo.Dentro
de las filas del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), no se albergaban
grandes expectativas respecto de la celebración del Congreso Elector Gladys
Gutiérrez, efectuado el pasado 13 de diciembre.
El
acuerdo suscrito por el Comité Político, con motivo de la reforma
constitucional para hacer viable la reelección presidencial, había resuelto que
todos los senadores y diputados quedarían repostulados en sus cargos; que los
alcaldes sólo tenían que evidenciar, en encuestas que se realizarían, una
diferencia de por lo menos 10 puntos porcentuales con relación a sus rivales
internos; y que los regidores serían los únicos que quedarían sujetos a la
voluntad de los electores.
Se
trataba, pues, de elecciones primarias parciales, donde salvo, tal vez, las
candidaturas a las al caldías de Santiago y Santo Domingo Norte, no era mucho
lo que en realidad estaba en disputa.
Sorprende,
por consiguiente, que en unas elecciones de esa naturaleza, donde la
preocupación original era de que podrían resultar demasiado insípidas,
deslustradas por la escasa participación, culminaran, sin embargo, contrario a
la tradición de organización y disciplina del partido fundado por el profesor
Juan Bosch, en actos de desórdenes y violencia.
La
reacción adoptada por la alta dirección del PLD, asumida por el presidente
Danilo Medina, el secretario general, Reinaldo Pared Pérez, y quien suscribe
este artículo, en calidad de Presidente de la organización, no se hizo esperar.
Se
procedió a empoderar a la Comisión Nacional Electoral para que en un plazo
perentorio realice una investigación rigurosa y exhaustiva, a los fi nes de que
sean expulsados, de manera sumaria y deshonrosa, todos aquellos que, sin
importar procedencia ni jerarquía, hayan participado en los referidos actos de
perturbación.
Pero
más allá de las sanciones que serán impuestas, lo que inquieta, tanto a los
miembros y simpatizantes del PLD, como a la opinión pública en general, es cómo
y por qué acontecimientos de esa naturaleza pueden ocurrir en una institución
política que durante más de 40 años se había distinguido, precisamente, por su
orden y disciplina.
Debilidades
del proceso
De
conformidad con los testimonios y alegatos de diversos actores del proceso, el
certamen electoral interno del PLD se vio afectado de varias debilidades.
Para
algunos, el problema consistió en que de conformidad con el Reglamento
Electoral aprobado por el Comité Político y el Instructivo para la Elección de
Candidatos y Candidatas, elaborado por la Comisión Nacional Electoral, el
padrón de votación en base al cual se realizarían las primarias internas
peledeístas sería el mismo que se utilizó en el Octavo Congreso Ordinario Norge
Botello.
Por
los argumentos presentados, parece que en algunos casos no fue así. Se alega
que en varios lugares hubo una adulteración del padrón. Se crearon mesas
electorales sin la previa autorización de las autoridades electorales
municipales correspondientes; y de igual manera, se eliminaron mesas con el
propósito de reagruparlas en una sola, todo lo cual suscitaba la suspicacia de
los participantes.
Se
afirma que en el registro electoral se advirtieron numerosos errores en cuanto
a la ubicación de los centros de votación, lo cual generó una gran confusión
entre los votantes que no sabían exactamente donde deberían acudir para ejercer
el sufragio.
Se
ha sostenido, también, que se produjo una colocación de Comités Intermedios en
circunscripciones electorales que no les correspondía; un desplazamiento masivo
de electores; e inclusión de personas en el padrón que no son miembros del
Partido de la Liberación Dominicana.
Como
consecuencia de esas y otras alegadas irregularidades que deberán ser
examinadas por la Comisión Nacional Electoral, se desató la desconfi anza en el
proceso comicial interno por varios candidatos y sus seguidores. Estos, en
lugar de apelar a las autoridades electorales correspondientes de cada
circunscripción electoral, para establecer los correctivos de lugar,
procedieron a los censurables actos de desórdenes y violencia.
En
la refriega, hubo, en algunos lugares específi cos, un desbordamiento de las
pasiones. De ahí se pasó a la descalifi cación verbal, y de ésta, a la agresión
física, ocasionando los trágicos y vergonzosos acontecimientos que conocemos,
que costaron la vida a dos personas.
Pero
más que una descripción de lo que ocurrió, lo que resulta trascendente es poder
determinar por qué aconteció, cuáles fueron las causas que desencadenaron esos
episodios que enlutecen y desdicen de la tradicional conducta de los
integrantes del Partido de la Liberación Dominicana.
Por
supuesto, el desafío fundamental para el PLD consiste en promover la calidad de
sus miembros, luego de haberse hecho, en el Sexto Congreso, Profesor Juan
Bosch, la transición de un partido de cuadros a un partido de masas.
En
el marco de un partido de cuadros, la calidad siempre se mantuvo en el partido
morado. La idea, como siempre la promovía el profesor Bosch, era que de la
calidad saldría la cantidad, para volver de nuevo a un proceso de cualifi
cación de sus integrantes.
Con
el discurrir del tiempo, la calidad, efectivamente, engendró la cantidad dentro
de las fi las del Partido de la Liberación Dominicana; y ha sido esa cantidad
la que le ha permitido constituirse en la organización política más exitosa en
la historia democrática de la República Dominicana, al haber conquistado cinco
triunfos electorales consecutivos por encima del 50 por ciento.
El
Congreso Norge Botello
Pero,
ahora, de lo que se trata es del proceso inverso, esto es, el de convertir la
cantidad en calidad. Eso así, para que el partido vuelva a un reencuentro con
sus raíces, actúe siempre conforme a sus principios fundacionales, con orden y
disciplina, y continúe hacia el futuro con su trayectoria de triunfos electorales
en benefi cio de la democracia, la prosperidad y el bienestar de los
dominicanos.
Ese
proceso empezó a trillarse en el 2013 con la celebración del Octavo Congreso
Ordinario Norge Botello. El objetivo era que así como el PLD había contribuido
con sus diferentes gobiernos a una modernización y transformación del Estado
dominicano, entonces le correspondía mirar hacia adentro, en una especie de
introspección, y convertir el instrumento partidario en una organización unifi
cada, ágil, efi caz, moderna, transparente y solidaria.
Para
alcanzar esas metas, el partido morado de la estrella amarilla se planteó la
aprobación en la plenaria de su congreso, de 15 temas, considerados
fundamentales para el futuro de la organización. Estos eran: Declaración de
Principios y Estatutos; Línea Organizativa; Línea Política Nacional e
Internacional; Formación Política; Relación Partido-Gobierno-Sociedad;
Comunicaciones; Asuntos Electorales; Juventud; Mujer; Asuntos Legislativos;
Asuntos Municipales; Dominicanos en el Exterior; Finanzas; Resolución de Confl
ictos; y Ética y Disciplina.
De
alguna manera el Congreso Norge Botello se vio empañado por el hecho de que lo
que parecía primar en el ánimo de la mayoría de los participantes era su
elección como miembro del Comité Central de la organización.
Para
eso se hizo un gran despliegue propagandístico. Se colocaban vallas, afi ches y
cuñas publicitarias en la radio y la televisión que por momentos generaban la
impresión de que se trataba de la recta fi nal de una campaña presidencial.
Pero
al margen de ese hecho, el Congreso Norge Botello concibió las líneas maestras
para la renovación, transformación y cualifi cación que requiere en los
actuales momentos el Partido de la Liberación Dominicana para continuar siendo
una fuerza decisiva en el espectro político nacional.
La
razón básica por la cual se ha sido lento en la aplicación de sus resoluciones,
es que inmediatamente culminado su realización, se inició el proceso interno
para la selección del candidato presidencial y demás candidatos congresionales
y municipales, que acaba de culminar, y que conformarán la boleta morada para
los comicios generales del 2016.
Al
concentrarse todas las energías en la organización del proceso interno de
selección de candidatos, ha habido un cierto retraso o rezago en la puesta en
ejecución de las medidas adoptadas en el Octavo Congreso Ordinario del PLD,
destinadas a generar su unidad, renovación y efectiva transformación.
Pero
debemos confi ar en que una vez transcurrido el próximo torneo electoral, y el PLD
salga otra vez triunfante, exhibiendo su nuevo trofeo otorgado por el voto
popular, todo el Partido asumirá como tarea principal el cumplimiento de los
compromisos contraídos en el Congreso Norge Botello.
De
hacerlo así, el partido creado por el profesor Juan Bosch volverá a la cualifi
cación de sus miembros. Se colocará, una vez más, a la altura de las
expectativas del pueblo dominicano; y reinará como la organización que supo
conducir nuestra sociedad por los grandes desafíos del mundo contemporáneo.
Así
pues, en la efectiva aplicación de las resoluciones adoptadas en el Congreso
Norte Botello descansa la unidad y el futuro del Partido de la Liberación
Dominicana.
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