Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro.
El gobierno tiene tal abundancia de recursos que
distribuirá miles de cajas, con motivo de las Navidades, las cuales contendrán
ron, artículos crudos y aceites de cocinar, pero el hablador y al cojo se descubren
fácilmente: todas las semanas pide préstamos que aumentan la deuda externa,
pero ellos no la van a pagar.
El gobierno destina grandes su
mas para
ocultar la corrupción, esconder su desastrosa administración, comprar voces,
medios, crear programas para que gente afín a la administración publicite,
repita falsedades para engañar al pueblo con su propio dinero.
Es necesario que la oposición explique y
pregone permanentemente que el país no está boyante, que las visitas-sorpresa
del Presidente a los campos han dado tan escasos resultados que estamos
importando plátanos, sí, plátanos, lo que demuestra la certeza de la denuncia
de la oposición que asegura que estamos importando productos que antes
exportábamos.
Ya lo dijo la comisión del área
agropecuaria del Partido Revolucionario Moderno (PRM): la caída estrepitosa de
la producción nacional de alimentos es uno de los grandes fracasos del gobierno
de Danilo Medina. La importación de plátanos forma parte de aquella
difundidísima promesa de campaña: hacer, lo que nunca se ha hecho.
Por supuesto, a las importaciones de ajo, cebolla y un sinnúmero de granos, ahora se suma la de plátanos. Como esta gente es puro allante y movimiento, es oportuno reivindicar aquel esfuerzo colectivo, real, eficiente, que permitió llenar el país de frutos y frutas poco tiempo después del ciclón David, que devastó gran parte de la agricultura del país.
Por supuesto, a las importaciones de ajo, cebolla y un sinnúmero de granos, ahora se suma la de plátanos. Como esta gente es puro allante y movimiento, es oportuno reivindicar aquel esfuerzo colectivo, real, eficiente, que permitió llenar el país de frutos y frutas poco tiempo después del ciclón David, que devastó gran parte de la agricultura del país.
En ese momento se ejerció la voluntad
política en favor de la producción nacional, para asegurar la seguridad
alimentaria del pueblo dominicano, en beneficio de todos.
Hipólito Mejía, entonces Secretario de Agricultura, demostró que se puede, que, si se unen capital, tecnología, eficiencia, visión de satisfacer el bien común, se puede.
Hipólito Mejía, entonces Secretario de Agricultura, demostró que se puede, que, si se unen capital, tecnología, eficiencia, visión de satisfacer el bien común, se puede.
El gobierno dispone de los dineros del
erario para pendejadas tan costosas como el mantenimiento y reparación anual
del estadio de béisbol profesional de esta ciudad, para que la televisión
muestre el gran vacío de las gradas por el poco interés de los fanáticos. ¿Y
los dueños de los equipos?
Quizá la desatención del campo se
resuelve con una visita arreglada para politiquear mientras siguen la falta de
planes y programas que incluyan planeamiento, entrenamiento, financiamiento,
manejo de cosechas, almacenaje, comercialización, industrialización, forman parte
de la política de lo que nunca se ha hecho, lo cual, por supuesto, se traduce
en actitudes demagógicas, mentiras e importaciones.
De esas importaciones se dice desde hace
mucho tiempo, que un porcentaje de los beneficios de los permisos que conceden
los Ministros de Agricultura, forma parte de los capitales que acumulan algunos
de esos funcionarios y otros de más arriba.
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