Tomado de Quisqueya Libre.
El Día
Internacional de la Mujer, el 8 de marzo tiene historia propia, forjada en las
luchas de las mujeres organizadas a lo largo de más de un siglo, y adquiere
sentido en tanto oportunidad para centrar la atención en lo logrado y lo que
falta, al tiempo que propiciar iniciativas que avancen en el camino de la
equidad entre los géneros.
El
antecedente más documentado se remonta a la segunda Conferencia Internacional
de las mujeres socialistas, realizada en Copenhague, Dinamarca, en 1910, donde
la alemana Clara Zetkin, destacada
política comunista alemana, así como tenaz luchadora por los derechos de la
mujer, demandó la institución de un día
para reclamar por derechos civiles, políticos y económicos de todas las
mujeres. Zetkin propuso el 8 de marzo, para honrar a un grupo de trabajadoras
estadounidenses que en 1857 ocuparon una fábrica textil en Nueva York,
exigiendo igualdad salarial y jornada laboral de 10 horas. La respuesta de los
dueños fue un incendio provocado en la planta, donde murieron veintinueve de
ellas.
Otra versión
remite a una manifestación protagonizada por trabajadoras rusas en las calles
de Petrogrado el 8 de marzo de 1919, que precipitó la revolución.
A partir de
1921, ya finalizada la Primera Guerra Mundial, la conmemoración traspasó las
fronteras de Europa, llegando al resto de los continentes. En los 60 recibió un
nuevo impulso, cuando la iniciativa fue recogida por los movimientos feministas
europeo y estadounidense, incorporando a las tradicionales reivindicaciones por
mejores condiciones de trabajo y derechos cívicos, la exigencia de modificar,
tanto en lo público como en lo privado, las pautas culturales que originan la
discriminación de género. En 1975, Naciones Unidas marcó un hito histórico al
convocar a todos sus países miembro a reconocer la fecha para celebrar las
múltiples contribuciones de las mujeres a sus respectivas sociedades, así como
para promover la toma de conciencia sobre la situación femenina y sus luchas en
pos de la igualdad. En Uruguay, si bien la movilización alusiva se sistematizó
a partir de 1984, último año de dictadura militar, reconoce antecedentes
previos.
Con el
correr de los años, a las actividades organizadas desde los movimientos de
mujeres y feminista, se fueron sumando las convocadas por efectores
gubernamentales con competencia en cuestiones de género. También iniciativas de
organizaciones mixtas de la sociedad civil, y expresiones en los ámbitos
culturales. De la mano de mujeres conscientes de la problemática de género, y
experimentadas en trabajar para buscarle soluciones, el Día Internacional de la
Mujer marcó presencia también en el Parlamento.
El Día de la Mujer ha sido reducido a
una celebración anodina
Para la
socióloga Esther Pineda G,columnista de
LaRed21, sea cual fuere la razón que motivó la instauración del 8 de marzo como
Día Internacional por los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional, el hecho
también contribuyó a la supresión e invisibilización de la mujer trabajadora.
En la
actualidad, el tratamiento y alcance del Día Internacional de la Mujer, ha sido
progresivamente apropiado por el sistema, sus motivos y objetivos
tergiversados, su origen invisibilizado y sus protagonistas desplazadas. El Día
de la Mujer ha sido vaciado de sentido, apropiado por la ideología patriarcal,
comercializado por el sistema capitalista; siendo este proceso pasivamente
asistido y presenciado por el feminismo.
El Día de la
Mujer ha sido reducido a una celebración caracterizada por la emisión de
felicitaciones de los hombres hacia las mujeres y de las mujeres entre sí por
el hecho de “ser mujer”, aunado a manifestaciones y expresiones de afecto,
detalles, regalos y presentes; trivializado, comercializado, al igual que el
“día de las madres” y el “día del amor y la amistad”, días definidos como
“femeninos” por su carga afectiva y emocional, siendo además consolidados en el
imaginario social como reproductores y hacedores de los prejuicios y
estereotipos tradicionalmente atribuidos a la mujer.
Se ha
desarticulado el sentido de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer,
se ha desprovisto de su condición crítica, revolucionaria, transformadora y
demandante de las condiciones de las mujeres, ha sido trivializado, usurpado y
comercializado por el mercado capitalista”.
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