Los legisladores del Bloque de oposición no asistieron al acto de juramentación del Presidente Danilo Medina por ante el Congreso Nacional, ya que consideran que dicho el acto de juramento presidencial es, en gran medida, el resultado lamentable de un largo y sistemático proceso de violaciones a las leyes, a la Constitución de la República y a los principios de equidad, transparencia e imparcialidad de la autoridad electoral.
En un documento leído a la prensa, por el diputado Alfredo Pacheco, en presencia de los legisladores de los partidos opositores, afirman que el acto de juramentación presidencial del día de hoy en la Asamblea Nacional, no es más que una pantomima para legitimar un “poder usurpado”, por lo que los legisladores de los partidos de la oposición no seremos testigos mudos de otro acto de sepultura de nuestra democracia.
A continuación el texto íntegro del documento mediante el cual la oposición justifica su ausencia del acto de juramentación presidencial del Presidente Danilo Medina.
“Nosotros, los senadores y diputados del Partido Revolucionario Moderno, Partido Reformista Social Cristiano, Partido Alianza País, Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano y del Frente Amplio, y en representación también del Partido Humanista Dominicano, el partido Alianza por la Democracia, Partido Dominicanos por el Cambio y la Fuerza Nacional Progresista, anunciamos al pueblo dominicano y a la comunidad internacional, que el acto de juramento presidencial que tiene lugar en estos momentos en la Asamblea Nacional es, en gran medida, el resultado lamentable de un largo y sistemático proceso de violaciones a las leyes, a la Constitución de la República y a los principios de equidad, transparencia e imparcialidad de la autoridad electoral”.
Denunciamos que, actualmente, la democracia dominicana vive su mayor amenaza de las últimas décadas y que a diferencia del pasado, esa amenaza no proviene de los cuarteles militares, sino, paradójicamente, del liderazgo político de un partido, el PLD, que sin escrúpulos de ningún tipo está liquidando la independencia del Poder Judicial, ha convertido el Congreso en una caja de resonancia de los intereses de quienes dirigen el Poder Ejecutivo y ha desvirtuado, mediante la coacción y los favores, casi todos los órganos de control y fiscalización del Estado.
En su ruta autoritaria y antidemocrática, el gobierno del presidente que hoy se juramenta está inmerso también en un peligroso proceso de división y represión de gremios y sindicatos –como está ocurriendo con el personal del sector salud-, así como organizaciones de la sociedad civil que hacen legítimos reclamos de reivindicaciones, o formulan críticas públicas a la administración del Estado.
Ese progresivo deterioro de la democracia y del ambiente de tolerancia en el país tenemos el deber de denunciarlo y detenerlo o de lo contrario, la República Dominicana corre el riesgo de convertirse en un pueblo de hombres y mujeres sometidos por la voluntad y los intereses espurios de un pequeño grupo con evidente vocación absolutista.
Citemos, como ejemplos, dos hechos simbólicos del actual curso de desinstitucionalización y autoritarismo en que ha caído el país:
Primero, que en flagrante violación al Artículo 120, Ordinal 2, de la Constitución de la República, que ordena a la Junta Central Electoral remitir a la Asamblea Nacional, para fines de revisión y aprobación, las actas electorales correspondientes al nivel presidencial como condición imprescindible para la proclamación del Presidente y la Vicepresidente de la República, la JCE se limitó a enviar copias de los boletines electorales que había emitido durante el proceso. ¡Y todos sabemos que los boletines no son actas!
Segundo, que hace apenas breves minutos los diputados del PLD eligieron como presidenta de la Cámara de Diputados a una hermana del Presidente de la República, conscientes de que esa Cámara tiene la función de designar la terna para escoger los miembros de la Cámara de Cuentas, además de otras importantes funciones relacionadas al control de los actos del Poder Ejecutivo. Ese nepotismo de alto nivel no tiene precedente desde la desaparición de la dictadura de Trujillo a la fecha.
En esas condiciones ¿qué garantía de control efectivo podrá realizar esta Cámara de Diputados sobre las actuaciones del Poder Ejecutivo?
¿Puede aceptarse como legítimo y ético que dos hermanos consanguíneos, dirigentes de un mismo partido político en representación de dos poderes del Estado integren el Consejo Nacional de la Magistratura?
Recientemente, numerosas organizaciones de la sociedad civil, así como académicos y personalidades independientes, han expresado públicamente su preocupación por esta situación.
Pueblo dominicano:
Para garantizar la vigencia de la democracia, la justicia y la convivencia pacífica, que tanto sacrificio ha costado a los dominicanos, es imperativo que las instituciones públicas responsables de la regulación y conducción de los procesos electorales sean dirigidas por ciudadanos probos e independientes respecto de intereses políticos particulares.
La ausencia de esas condiciones de independencia y probidad produjo que en el pasado proceso electoral decenas de diputaciones, alcaldías, direcciones de distritos municipales, así como varias senadurías fueran impunemente arrebatadas a la oposición por el poder del Estado, en complicidad con las autoridades electorales, a pesar de las denuncias, presentaciones de pruebas y profusión de evidencias.
Esos hechos no pueden volver a repetirse en el país!
En consecuencia, el acto de juramentación presidencial del día de hoy en la Asamblea Nacional, no es más que una pantomima para legitimar un “poder usurpado”, por lo que los legisladores de los partidos de la oposición no seremos testigos mudos de otro acto de sepultura de nuestra democracia.
Diputado Alfredo Pacheco Osoria, PRM
Diputado Fidel Santana, Frente Amplio
Diputado Máximo Castro Silverio, PRSC
Diputada Betzaida Gonzales, PQDC
Diputado Fidelio Despradel, Alianza País
Senador Santiago Zorilla, PRM
Senador José Hazim Frapier, PRSC
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