Entrevista
con el comunicador social argentino, Federico Larsen
Los
periodistas y los golpes ‘blandos’: Del caso Paraguay al de Brasil
Andrés
Figueroa Cornejo
Rebelión
(tomado
de Quisqueya libre)
“El pueblo
aprendió que estaba solo y que debía pelear por sí mismo y que de su propia
entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza.”Rodolfo Walsh
Hace
casi una década que el comunicador social de origen argentino Federico Larsen
se dedica al periodismo internacional. Como residió 16 años en Italia, Federico
trabaja para medios de ese país, además de argentinos y de América Latina.
Actualmente tiene su propio programa en Radionauta (1), emisora comunitaria,
alternativa y popular de Buenos Aires, que fundó hace cuatro años junto a otros
colegas y es columnista de la Agencia Nodal (2), dirigida por Pedro Brieger,
entre otras labores asociadas.A propósito de los llamados ‘golpes blandos o
institucionales’, o la ‘nueva manera’ del imperialismo norteamericano para
deshacerse de cualquier gobierno que sospechosamente atente contra sus
intereses en tiempos de recesión mundial, como los que sacuden a Brasil,
Venezuela, Honduras, Federico Larsen dice que la co-publicación del libro
‘Contar de Golpe. El rol de los periodistas paraguayos durante el Golpe de
Estado de 2012’ (3) “nació de una exigencia de Julia Varela, co-autora del
texto, y tiene que ver con el papel de los comunicadores que se desempeñan en
empresas privadas y públicas frente a acontecimientos políticos de tal magnitud
como puede ser, en este caso, un llamado ‘golpe blando’. Como nuestras fuentes
comunes eran el Sindicato de Periodistas de Paraguay, con sus miembros
intentamos responder a la pregunta sobre qué hace un periodista en una
situación de crisis. Los diarios del poder ABC Color y Última Hora, estaban
trabajando hace meses a favor de un golpe institucional en contra de Fernando
Lugo. Ahí nos percatamos que el periodista puede quitarse parcialmente la línea
editorial del diario y que existen formas de resistencia al interior de esos
medios.”.
(Para
la caracterización que efectúa Federico Larsen del Presidente paraguayo
depuesto, Fernando Lugo, ir al final de la entrevista.)
-¿Quieres
decir que no es fatal la auto-censura?
“No.
Es habitual y mucho más que la censura de los propios editores, los jefes de
redacción y los dueños. Y obviamente, la auto-censura es resultado del miedo a
perder el trabajo. Al respecto, existen otras variables. Por ejemplo, en el
2012 del Paraguay fue famosa la conducta de los trabajadores de la televisión
pública de ese país. Ellos lograron sostener durante varias semanas y en medio
del golpe una toma del canal, y continuaron emitiendo una serie de programas
alternativos a la línea que intentó imponer el presidente de facto, Federico
Franco. Los periodistas alcanzaron a cubrir la Matanza de Curuguaty (4) antes
de que les cortaran definitivamente la señal del canal. Allí hubo una
resistencia popular masiva y también un despido masivo. Ninguno de los periodistas
de esa hazaña hoy se emplea en la televisión del Paraguay. Ello marca la pauta
de cómo la respuesta de las patronales es directamente proporcional al grado de
resistencia que los trabajadores son capaces de mantener en los canales y las
redacciones. Donde el comunicador se sostiene más firme tras los intereses
populares, más fuerte es el mazazo del empresariado.”
-Considerando
lo que está ocurriendo en Brasil y Venezuela, para mencionar los casos más
notables de la actualidad, ¿de qué manera operan los denominados ‘golpes
blandos’?
“Tratan
de justificar una serie de cambios a nivel legislativo-institucionales que
están, de algún modo, previstos por uno que otro artículo de la ley o de la
Constitución los cuales son forzados por la reacción política. En realidad, los
medios de comunicación no actúan después de esas modificaciones, sino que
antes, creando la sensación de que las cosas tienen que cambiar sí o sí, porque
de lo contrario todo se vuelve un caos. En Paraguay, por ejemplo, el tema
empleado por los medios masivos de comunicación fue el de la violencia. De
hecho, Fernando Lugo fue acusado formal y fundamentalmente de ‘traer la lucha
de clases al Paraguay’. En ese sentido, los medios dominantes usaron el
argumento de la existencia del Ejército Paraguayo de Liberación (EPL), el cual,
en la realidad, es una organización pequeña. De otra forma, pero con el mismo objetivo,
los medios hegemónicos en Brasil trabajan sobre el miedo de la población a la
corrupción. En la práctica, los legisladores de los intereses más
reaccionarios, evacuaron un informe sobre la corrupción en Petrobas que no
tiene ninguna relación con el texto que acusa a la Presidenta Dilma Rousseff,
el cual consiste en responsabilizarla de haber distraído fondos del presupuesto
2014 a otros ítemes. O sea, no tiene nada que ver lo que construyen los medios
con la acusación concreta en contra de la Presidenta de Brasil. Los que sí
tienen que ver con la corrupción de la petrolera son algunos diputados que la
impugnaron. El papel de los mass media es confundir lo más posible a la
ciudadanía con el objetivo de preparar una opinión pública favorable a los golpes
de Estado institucionales.”
-¿Cuáles son las conclusiones a las que arribaron en su
investigación para que los periodistas antigolpistas y en resistencia puedan
jugar un rol eficiente en este tipo de crisis políticas?
“Primero
es necesario inexorablemente que los trabajadores de prensa se encuentren
organizados. Los trabajadores de prensa desorganizados son mucho más vulnerables
a la hora de la resistencia. El Sindicato de Periodistas del Paraguay era una
agrupación débil en lo político-orgánico. Ciertamente el Sindicato funcionó en
la contención y apoyo a los periodistas en los momentos más duros del golpe.
Que los comunicadores cuenten con un espacio para compartir y debatir sobre lo
que está sucediendo, ya ofrece una espalda un poco mayor cuando se trata de
poner ese ‘adjetivo’ que no se sabe individualmente si escribir o no; o hablar
con un determinado tono en la radio, etc.
Por
otro lado, y esto es fundamental, advertimos la enorme importancia que
adquirieron los medios comunitarios, alternativos y populares. Muchísimos
comunicadores que trabajaban en medios golpistas, también lo hacían en portales,
como el E’a (5), y en radios comunitarias, para expresar allí lo que los medios
dominantes donde laboraban asalariadamente les prohibía.
Y
finalmente, anotamos la relevancia del movimiento popular, en el caso
paraguayo, de los campesinos, en un país donde los trabajadores agrícolas e
indígenas representan alrededor de un 55 % de toda la población y el 2,5 % de
los paraguayos detentan la propiedad del 80 % de las tierras cultivables. Sin
ellos, los periodistas difícilmente podían contar con un punto de referencia
político-orientador para la construcción de sentido de sus mensajes. En
Paraguay ese fue una de las grandes debilidades que vimos. Después del golpe,
el movimiento popular y la izquierda en general transitaron hacia un estado de
agotamiento. La resistencia en la calle no fue multitudinaria como muchos
esperaban, y la dirigencia del Frente Guasu (6), movimiento que llevó al ex
obispo al gobierno, se vio afectado profundamente por el propio discurso del
Presidente Fernando Lugo la noche en que fue destituido, donde primó en sus
palabras una suerte de aceptación del golpe de Estado. Ello repercutió en los
liderazgos del movimiento popular y en los periodistas en resistencia. Porque
una cosa es escribir una nota en contra del golpe en un periódico y pasar un
pésimo rato con tus superiores, pero si esa crítica la realiza un dirigente que
sale a dar la cara y, por tanto, va entrecomillas en la misma nota, cobra mucho
más peso para el movimiento popular y puede llegar a colarse a través de esas
grietas que logran permear la editorialización.
-¿Cuál es el tonelaje de los medios comunitarios del
Paraguay en relación a la Red Nacional de Medios Alternativos de la Argentina
(RNMA (7))?
“No
hay punto de comparación. La mayoría de los medios comunitarios paraguayos
están ligados a ciertas estructuras de movimientos sociales, partidarios o de
iglesias. Y entre ellos nunca tuvieron una coordinación real y concreta.
Carecían de unidad política. Las únicas coordinaciones interesantes que estaban
en formación entonces fueron las producciones de la TV Pública Paraguay que
recién estaba comenzando a incluir material de las emisoras comunitarias del
interior del país, como lo mismo hizo de manera incipiente el portal E’a. Una
de esas radios más importantes en este sentido, se llama Fe y Alegría (8). Sin
embargo, todo ello decayó velozmente después del golpe.
Por
su parte, la RNMA de la Argentina es muy grande, pero no alcanza la fuerza
política que tienen otras redes, como la que existe en Venezuela.”
LAS
CAUSAS DEL GOLPE
-Yendo
al fondo de la cuestión, ¿por qué se produce el golpe en Paraguay?
“No
tanto por el ascenso de la lucha del movimiento popular, como por la arremetida
del Partido Colorado (que estuvo 66 años en el poder antes del breve paso de
Lugo por la presidencia) por arrebatarle el Ejecutivo a Lugo. Y el gobierno de
Fernando Lugo, al menos desde la retórica, tenía una posición más ligada a los
intereses populares. De hecho, esa fue su base electoral. No obstante, faltaba
hacer muchísimo todavía. Lugo abrió una serie de puertas, pero de manera
‘tibia’. En rigor, por un lado existía un sector del campesinado que exigía a
Lugo sus promesas electorales, y por otro lado se encontraba la oligarquía
terrateniente que bajo ningún término estaba dispuesta a la realización de una
antigua deuda programática: la reforma agraria. Si bien la Constitución
paraguaya prevé una reforma agraria, jamás se efectuó históricamente.
Las
excusas inmediatas para dar el golpe en contra de Lugo fueron la liberación de
ciertos eventos transgénicos para la comercialización de algodón y maíz
producidos por Monsanto y Syngenta (gigantescas agroquímicas), y, por otro
lado, la decisión de Lugo de repartir las llamadas ‘tierras malhabidas’, que
son suelos que fueron distribuidos por la dictadura de Stroessner entre los
amigos del poder. De hecho, el episodio gatillante del golpe fue la Matanza de
Curuguaty, donde unos 300 campesinos se tomaron una serie de tierras en manos
de un viejo líder del Partido Colorado, Blas Riquelme, y que estaban
consideradas en la prometida repartición de tierras de Lugo.”LA DOMINACIÓN
VUELVE POR TODO CONTRA LOS GOBIERNOS PROGRESISTAS
-Lo
que dices, ocurre y ha ocurrido a través de la historia de prácticamente todos
los países de América Latina y del mundo. Los que dominan sobrerreaccionan de
forma precautoria, no importando el argumento ni los medios (pueden ser
institucionales o francamente aplicando la violencia estatal sobre los
oprimidos, dependiendo de las relaciones de fuerza y los contextos) porque
precisan no sólo del control económico de una sociedad determinada, sino que
del control absoluto del Estado para maximizar sus ganancias y prebendas. Por
eso en Chile en la actualidad hablamos de un Estado burgués que debe oxigenar
permanentemente al capital privado, sobre todo, en los períodos recesivos, como
pasa ahora mismo. En los países dependientes, e incluso en las economías
centrales, la inversión capitalista es la que construye la demanda, y no al
revés, y ante la vocación parasitaria del capital financiero y rentista (deuda
y materias primas) que persigue siempre la ganancia inmediata, debe ser el
Estado capitalista el que supla esa inversión o parte de esa inversión, para
“alentar” mediante la dotación directa de recursos y facilidades (jurídicas,
políticas y financieras) a la inversión privada que no pretende correr ningún
riesgo y que ni siquiera invierte un peso en los bonos y trabajos-miseria que
el propio Estado tiene que pagar con el fin de evitar que los/as empobrecidos
pierdan la condición de consumidores y de demanda. De lo contrario, el sistema
tiende a su inestabilidad y a la creación de condiciones para la propia crisis
de la gobernanza burguesa mediante la emergencia de los/as dominados.
“En
este caso, se convirtió en una ‘vergüenza’ para la oligarquía paraguaya que un
curita tercermundista llegara al gobierno en medio de una América Latina donde,
entonces, estaba Hugo Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Evo Morales en
Bolivia, y otros, que de una u otra forma buscaban transformar la cara de la
región respecto de la dependencia histórica de EE.UU. En Paraguay, que los
campesinos potencialmente cobraran algún tipo de protagonismo era impensable
para la oligarquía de ese país, y que es el miedo que siempre tuvo esa minoría
desde la Guerra del Paraguay (9) hasta hoy.”
-Ahora bien,
estos golpes o maneras de echar abajo gobiernos progresistas por parte del
imperialismo norteamericano y la colaboración títere de las oligarquías
nativas, accionaron como una política totalizadora y coordinada…
“De
hecho, están súper ligadas. Por ejemplo, está lo que ocurrió con el fallido
golpe de Estado contra Chávez en abril del 2002. Después, el 2008 nos
encontramos con lo que sucedió en la medialuna del noreste boliviano y los
intentos separatistas de la oligarquía santacruceña. El 2009 se produjo el
golpe de Estado en Honduras. El 30 de septiembre de 2010 hubo una intentona
golpista en contra de Correa en Ecuador; y ahora mismo tenemos el caso de
Brasil y el eventual golpe institucional en contra de Dilma Rousseff. En todas
estas situaciones la estrategia siempre es la misma en materia de medios
masivos de comunicación controlados por el poder oligárquico que es dueño de la
mayor parte de la economía, pero que necesita regresar a ser gobierno a través
de sus partidos políticos para cautelar por completo sus intereses. En cada
país la excusa golpista adquiere formas particulares, pero los medios
dominantes cumplen el mismo papel: generar desde mucho antes las condiciones
“ambientales” para el golpe.”
LA
PROPIEDAD DE LA TIERRA SIEMPRE
-Se
ha dado por llamar al fenómeno de arremetida de los imperialismos (Consejo de
Seguridad de la ONU y su brazo armado, la OTAN) “ofensiva neoconservadora”, que
en Medio Oriente, por ejemplo, adopta la manera de invasión militar para
hacerse de los combustibles fósiles a través del desarrollo cada vez más
sofisticado de la industria armamentista. Lo que tenemos es la relación
coludida entre el capital financiero con el saqueo extractivista, como forma de
compensar la tendencia a la caída de la tasa de ganancia del capital a escala
mundial frente a la debacle de la producción debido al desenvolvimiento de las
tecnologías (capital fijo), y que redunda en la prescindencia del trabajo
humano y en un menor beneficio devenido de la explotación de la fuerza de trabajo.
EL
PAPEL DEL PERIODISTA DE LOS PUEBLOS
“Al
respecto, lo que predomina en el cono sur de Latinoamérica es el extractivismo
de materias primas y que tiene que ver con la expoliación de la soja, el maíz,
el algodón, el litio, los minerales, la celulosa, los recursos del mar, etc. En
el caso paraguayo, la composición del capital en un 60 % tiene que ver con la
exportación de maíz y algodón.”
LA
NARCO-POLÍTICA Y EL CONTRABANDO EN PARAGUAY
-Uno
de los fenómenos en aumento estrepitoso en muchos países del continente tiene
que ver con la industria del narcotráfico. Colombia, México, varios países
centroamericanos son denominados narco-Estados en asociación con la DEA
norteamericana. Países, como Honduras por ejemplo, funcionan de territorios de circulación
hacia la demanda estadounidense de drogas.
“En
Paraguay la narco-política es ya una realidad. El año pasado hubo un repunte de
los trabajadores de prensa frente a los asesinatos de periodistas a causa de
sus investigaciones de este flagelo, además del contrabando de madera a cuyos
agentes allá les llaman “brasi-guayos”. En verdad se trata de brasileños que
operan en territorio paraguayo que se apropiaron de tierras del Estado. Sólo en
la primera parte del año 2015 hubo dos muertes de periodistas que realizaban
una investigación del contrabando maderero en un territorio desdibujado entre
ambos países. Y está el caso del atentado sufrido por Paulo López quien
posteriormente fue encarcelado.”
-En general, el oficio periodístico asociado a la ética
de la búsqueda de la verdad y de los intereses de los pueblos se ha vuelto un
ejercicio de alto riesgo en la región…
“Ahí
tienes la contracara de lo que dices en la situación de los Papeles de Panamá,
donde un consorcio de unos 300 periodistas distribuidos en todo el mundo,
financiados por la firmas dependientes de la USAID (10), dan a conocer en
cuentagotas alrededor de un total de 11 millones y medio de papeles sobre
sociedades offshore (11) en los cuales se encuentran involucrados presidentes,
políticos, etc., a lo largo y ancho del globo. Estos periodistas se quedan con
los papeles para ellos mismos, al contrario de las publicaciones de WikiLeaks
(12) que dan a conocer toda la información compilada de una sola vez y para
todo el público. Al revés, lo que hacen los 300 periodistas financiados por
compañías ligadas a los poderes que gobiernan el mundo, antes de publicar
alguna información, se dedican a chequear no si ella es verdadera, sino que si
se condice con los intereses que representan los diarios para los cuales
trabajan y que, a su vez, responden al Estado norteamericano. Por eso no
aparecen los estadounidenses poderosos a quienes su propio Estado protege, y
cuya política económica persigue que algunos Estados de EE.UU. actúen
directamente como paraísos fiscales, como Delaware. Allí, por ejemplo, los
diarios argentinos El Clarín y La Nación (derecha dura) tienen sus sedes
fiscales. Al mismo tiempo, el acuerdo que se hizo hace poco en Argentina entre
YPF y Chevron (13), también fundó varias empresas offshore para que se empiece
a explotar el pozo petrolero de Vaca Muerta en Neuquén a favor de la
transnacional Chevron y comience a trabajar financieramente en el Estado
norteamericano de Delaware.
¿Qué
ocurre entonces? Que los periodistas al servicio del poder señalan que ellos
trabajan en diarios fundados hace un par de siglos y, en consecuencia, gozarían
de una supuesta “garantía de calidad” de su información. Tal como ocurre
actualmente en Brasil, en Venezuela, en el golpe en Paraguay, etc.”
-De acuerdo a tu
experiencia, ¿cuál tendría que ser el comportamiento de los comunicadores/as
jugados por los intereses históricos de la inmensa mayoría de los de abajo, del
pueblo trabajador, de la población oprimida, a la hora de volcarse a la
recomposición del movimiento popular en América Latina y el mundo?
“Debería
ser (y recalcó el ‘debería ser’) trabajar codo a codo con las propias
fracciones del movimiento popular camino a su reconstrucción. Sin embargo, al
respecto suelen confundirse las cosas. Acá en la Argentina se habló muchos años
sobre el ‘periodismo militante’ contra la versión liberal del periodismo
‘objetivo’, objetividad que jamás ha existido. El problema es que el
‘periodismo militante’ no puede ser la propaganda de una organización política
en particular. De hecho, por eso en la mayoría de los medios alternativos de
Latinoamérica chequean más el material periodístico que en algunos medios
comerciales. ¿Por qué? Porque ese material debe coincidir con los compromisos
partidistas que hay tras esos mismos medios alternativos.
El
comunicador popular debe ser un intelectual orgánico, entendiendo lo orgánico
como todas las clases sociales oprimidas por la dominante. El comunicador
popular tiene que auto-comprenderse en tanto parte constitutiva de su propio
pueblo. A partir de ahí, de esa premisa, se puede comenzar a hablar. Y, por
otra parte, el propio pueblo debe entender al periodista popular como un
trabajador más que debe vender su fuerza de trabajo para sobrevivir. Nadie
condena a un obrero por emplearse en una empresa que fabrica hierro para armas
que van a usarse en contra de los pueblos. Pero cuando un periodista que
distrae el máximo de tiempo que puede en hacer comunicación popular, pero que
debe trabajar en un medio dominante para comer, es acusado de traidor. Eso, por
lo menos, es injusto.”
-¿Y cuál es
la importancia de los medios masivos de comunicación cuando se presenta la
emergencia de un proyecto liberador y de las fuerzas sociales necesarias para
realizarlo?
“Fundamental.
Así como no se puede hacer un golpe de Estado sin la Red O Globo, sin ABC
Color, sin los grandes medios del poder, tampoco se puede llevar adelante un
proyecto emancipador sin contar con una desarrollada red de medios y
comunicadores populares. Pero existe una condición para ello. Debemos abandonar
el discurso panfletario y enfrentar el desafío trabajoso de construir una
información adecuada a los tiempos y lenguajes de nuestros pueblos; que tenga
sentido y esté en sintonía con la situación concreta del movimiento popular. Lo
contrario es continuar fabricando discursos para nosotros mismos y que,
probadamente, carecen de toda eficiencia para un objetivo tan gigante como la
liberación de sociedades completas. Se trata de una deuda que tenemos que
subsanar urgentemente. Al igual que debemos terminar con la caricatura del periodismo
alternativo como algo vinculado a lo pobre y a lo no profesional. Nuestro deber
es dotarnos de los medios técnicos de primerísima calidad y tender a ponernos a
la altura del enemigo. Además de la labor pedagógica para multiplicar a los
comunicadores populares.”
Federico
Larsen explica que “Fernando Lugo es un hombre de origen humilde que fue
obispo, y antes de asumir la presidencia ya había dejado los hábitos. Abrazó la
Teología de la Liberación y comenzó a tejer un conjunto de relaciones, sobre
todo campesino-indígenas más bien moderadas, que junto a partidos de izquierda
formaron el que se llama hasta ahora Frente Guasu. A ese movimiento se sumó un
gran apoyo popular y Lugo logró ser presidente del país el 2009 en condiciones
muy particulares porque el Frente Guasu no contaba con la estructura partidaria
necesaria para mantener los poderes locales y el poder legislativo, a tal
punto, que debió pedirle a uno de los históricos enemigos del pueblo paraguayo,
el Partido Radical-Liberal Auténtico, sumarse a la coalición que encabezaba
Lugo. De hecho, Federico Franco era el líder de los liberales y se agregó a la
fórmula solicitada como vicepresidente. De este modo, los liberales se quedaron
con las bancas de la coalición en el legislativo y tenían una enorme mayoría en
ese espacio respecto del Frente Guasu, el cual apenas contaba con dos senadores
y tres diputados. En consecuencia, el golpe legislativo-institucional en contra
de Fernando Lugo fue mucho más fácil de realizar debido a que los liberales y
el histórico Partido Colorado (conservadores) se aliaron en contra del
Presidente. Es aquí donde se manifiesta ese mecanismo destituyente que sólo
tardó 12 horas en concretarse y que consiste en un juicio político exprés
mediante el cual sacaron a Lugo.”
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