Gracias a esa maniobra el Gobierno está quitándole indebidamente a la población miles de millones de pesos al año.
La Refinería Dominicana de Petróleo (REFIDOMSA), en combinación con el Ministerio de Industria y Comercio, engaña a cada dominicano que compra un galón de gasolina, gasoil o GLP, entre otros derivados del petróleo que refina en sus plantas.
De la gasolina que vende la Refinería en el país cerca del 68% es importada desde Venezuela y Colombia, principalmente, y un 32% es refinado en Haina.
REFIDOMSA tiene capacidad para refinar unos 34 mil barriles de petróleo diario, de los cuales se obtienen aproximadamente 654 mil 800 galones de gasolina, cerca de 400 mil galones de fuel oíl, 136 mil de combustibles de aviación (Jet fuel) y 77 mil galones de GLP por día, entre otros combustibles.
Todos esos derivados la Refinería los vende al público local al mismo precio de los otros similares que han sido importados desde Venezuela, Colombia y otros países.
Esos precios, denominados Precio de Paridad de Importación por la Ley de Hidrocarburos (Ley 112), incluyen el precio de compra de la gasolina en el exterior más el costo de importarla o traerla por barco al país.
La ley asume un costo de importación equivalente a los gastos de traer los combustibles desde la Costa del Golfo de los Estados Unidos (United States Gulf Coast, USGC), aunque los mismos hayan sido comprados, como en efecto ocurre, en Venezuela, Colombia o una isla del Caribe.
En otras palabras, la Refinería está vendiendo a precio de importación todos los combustibles que produce en Haina.
Es una estafa cobrarle al pueblo en cada galón de combustible el costo del flete marítimo, seguro, uso de terminal portuaria y costos bancarios correspondientes a una importación desde la Costa del Golfo de los Estados Unidos, cuando en realidad el producto ha sido refinado en Haina.
Ninguno de esos costos de importación se le debería aplicar a la gasolina y al gasoil de la Refineria.
Gracias a esa maniobra el Gobierno le sustrae ilegal y arbitrariamente a los ciudadanos miles de millones de pesos al año.
Veamos un ejemplo. Según Industria y Comercio el precio de paridad de importación de la gasolina regular la semana pasada fue de $RD 85.41 y el precio de referencia internacional en la Costa del Golfo (USGC) fue de $RD 65.02, para una diferencia de 20.40 pesos por galón. Utilizando la tasa de cambio citada por el Ministerio de Industria y Comercio de 45.13 $RD/US. Esa diferencia de 20.40 pesos corresponde al costo de la importación.
Multiplicando esa diferencia por los cerca de 654 mil 800 galones de gasolina refinados en Haina cuando la planta produce a toda capacidad, se obtiene unos ingresos extras – ¡indebidos!- de 400 millones 700 mil pesos mensuales, equivalente a 4 mil 808 millones de pesos al año que van a las arcas de la Refinería, solo por ese producto ¡Una estafa!
Algo similar sucede con los demás combustibles refinados en Haina y vendido a precios de como si fueran importados..
Algunos dirán que la Refinería tiene que cobrar su margen de refinación, pero ignoran que ese margen ya está incluido cuando se asume, como indica la Ley 112, el precio internacional de referencia USGC de los Estados Unidos el cual incluye a su vez el margen de refinería de ese país que es – como se sabe – uno de los márgenes más elevados conocidos en América.
Otros señalan, que no es posible o practico tener dos precios en las “bombas” de gasolina y por eso se asume el correspondiente al de la mayor cantidad de gasolina comercializada, que es la importada. Esa no es razón válida puesto que no es necesario tener dos precios en las “bombas”, y lo que se hace en esos casos es determinar un precio promedio ponderado, único, similar a como se hace en el servicio eléctrico donde cada kilovatio hora es producido con distintas plantas, distintos combustibles y distintos costos y sin embargo tenemos un solo precio final de la energía, que es un precio promedio ponderado.
El Gobierno dominicano, aprovechándose de la desinformación de la gente, está utilizando los combustibles como un instrumento eficaz para extraerle miles de millones de pesos a la población de manera arbitraria.
En resumen, el sistema de precios de los combustibles derivados del petroleo es un verdadero desastre en República Dominicana y el mismo debería ser reformado a profundidad.
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