miércoles, 6 de enero de 2016

Violenta y estremecedora tragedia sangrienta alcanza a dos mujeres

Amiga de la sargento asesinada cuenta versión del feminicidio. La armada dominicana emite un comunicado lamentando la tragedia
Santiago Benjamín de la Cruz
Santo Domingo. La exmiembro del Ejército de la República Dominicana, Ingrid Berenice de la Cruz, jamás imaginó que ayer sería el último día de vida de su mejor amiga, la sargento de la Policía Nacional, Carolina Rijo Reyes, y que estaría a punto de perder su vida por acompañar a la dama a una citación al Juzgado de Paz del ensanche Ozama, que le hizo su expareja y verdugo, el desertor de la Armada de la República Dominicana (Marina de Guerra), Joaquín Soto Trinidad, por una supuesta manutención alimenticia del hijo de dos años que procrearon.
De la Cruz contó a los comunicadoras que en horas de la mañana llegó al Juzgado de Paz del Ensanche Ozama junto a Carolina Rijo Reyes, para la referida citación, y cuando llegaron, el homicida se encontraba sentado al lado de la puerta de salida.
“Cuando llegamos íbamos a subir las escaleras para que nos dijeran cuáles eran los pasos que teníamos que dar. Yo iba adelante y cuando subo los dos primeros escalones él le dice: ‘Carolina ven acá’; yo le dije que continuara conmigo, pero ella dijo que la esperara un momento, entonces yo seguí y la dejé al lado de la puerta con él”, explica.
Expresa que cuando bajó solamente vio al hijo mayor del asesino, de aproximadamente 17 años, quien, según De la Cruz, es cómplice de su padre porque fue quien se llevó sus pertenencias sabiendo lo que iba pasar. “Su compadre también es culpable; había secuestrado al niño de dos años hace una semana. Su nueva pareja también sabe todo”, precisó.
Cuenta que cuando salió al patio del juzgado y vio que Soto Trinidad tenía a Carolina Rijo Reyes encañonada, se lanzó sobre él. “En ese momento se produjo un ‘forcejeo’, y me dijo: “quítate que yo la voy a matar”.
Expresa que durante ese lapso se presentó un militar, el cual tenía intención de sacar su pistola, pero rápidamente, según cuenta, Soto Trinidad le apuntó con su arma, por lo que el militar echó para atrás.
“Yo le di la vuelta para quitársela de encima, y vino un civil a tratar de ayudarnos, pero él le dio un golpe y el hombre cayó. Al instante nos haló a las dos por la camisa y me tiró un tiro a la cabeza, pero falló. En ese momento Carolina me empujó, pero yo la halé porque no quería dejarla, entonces ella me abraza y se pone detrás de mí”, narra cabizbaja.
Tres tiros en la cabeza
Con la mirada perdida y sosteniéndose de su madre, explica que cuando el homicida la miró y se dio cuenta que el tiro hacia su cabeza había fallado, le disparó dos veces en la pierna y cayó al piso. “Carolina también se cayó conmigo y, en cuestión de segundos, él se acercó aún más y le dio tres tiros en la cabeza encima de mí”, narra De la Cruz.
Con lágrimas en sus ojos cuenta que estaba con su mejor amiga muerta encima de ella y “las dos estábamos bañadas de sangre”.
“Ella era mi hermana, mi garra, mi todo”, pronunciaba una y otra vez. Asegura que la Policía Nacional no hizo nada, porque solo había un militar y éste se alejó cuando el homicida le apuntó con el arma.
Un testigo, el cual prefirió no revelar su identidad, aseguró que persiguió al asesino más de cinco cuadras, lo pudo agarrar y junto a otros civiles lo pudo retener hasta que llegaran las autoridades, los cuales, minutos después, lo llevaron bajo arresto al Destacamento Felicidad de Los Mina.
El probable motivo
Con un notable dolor que se reflejaba en sus ojos, Ingrid asegura que el problema de ellos venía desde hace algunos meses, pero empeoró hace algunas semanas cuando Soto Trinidad se enteró que Carolina tenía un pretendiente.
“Ese asesino le dijo que si no volvían se iba a matar, pero matarse él, no matarla a ella”, dijo.  Además de eso, cuenta que el homicida mandó a secuestrar al pequeño hijo que procreó con Carolina con un compadre, supuestamente para que su otra abuela lo vea, y hasta la fecha no lo ha devuelto.
“Él la llamó y le dijo que no le iba a devolver el niño, que era suyo, así que cualquier cosa lo hablarían en la fiscalía el martes (ayer)”, dijo.
Asegura que no es posible que haya sido por manutención, porque ella tenía un buen sueldo y vivía sola con sus dos hijos, uno de 12 años, de una relación anterior, y el pequeño de dos. Explica que ellos se separaron hace unos cuatro meses porque Soto Trinidad mudó a una mujer, cuando todavía vivía con ella.
Montalvo y empleados del 911 manifiestan pesar
El ministro de la Presidencia, Gustavo Montalvo, junto a todos los servidores del Sistema Nacional de Atención a Emergencias y Seguridad 911, lamentó “de manera muy sincera el deceso de la sargento de la Policía Nacional, Carolina Cecilia Rijo Reyes”.
Dijeron estar consternados por la tragedia de Rijo, “quien ingresó al Sistema desde sus inicios en mayo de 2014, donde laboraba hasta la hora de su fallecimiento en el área de despacho de emergencias de la Policía Nacional”.   
Homicida es desertor de la rama militar armada dominicana.
Este es su comunicado: “La Armada de República Dominicana lamenta profundamente el trágico acontecimiento ocurrido en la mañana de hoy (ayer), donde perdió la vida una sargento de la Policía Nacional en los alrededores del Juzgado de Paz del sector El Farolito, del ensanche Ozama, en Santo Domingo Este. La institución deplora ese tipo de comportamiento, al tiempo que informa que el Marinero (CH) Joaquín Omar Soto Trinidad, estaba siendo buscado por la Justicia Militar por el hecho de ser imputado de la infracción de deserción, mediante Orden de Arresto No. 02-2015 y Orden de Allanamiento No. 001-2015, de fecha 10 de diciembre del 2015, del Juzgado de la Instrucción del Consejo de Guerra de Primera Instancia de la Armada de República Dominicana.” Los restos de la sargento de Policía permanecían la tarde de ayer en Patología Forense y se supo de familiares que sus restos serán velados en la funeraria Blandino, en la Charles de Gaulle.


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