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Los cerdos
en el pueblo de Montaña Solitaria sólo beben agua de manantial. No hay puertas
en sus corrales para que puedan entrar y salir cuando quieran. Comen solamente
verduras orgánicas de temporada. Cuando los visité hace poco, uno estaba
tomando el sol en un charco de lodo, mientras que sus compañeros porcinos
buscaban follaje silvestre o aspiraban el suelo de las montañas como parte de
su régimen de salud.
Un poco más
abajo de la colina, los pollos de Montaña Solitaria picoteaban maíz y rábanos
chinos marchitos, mientras consideraban una incursión al exterior para atrapar
algunos gusanos.
Estas aves
de corral — que tuvieron la suerte de ser criadas en una parte remota de la
provincia oriental de Anhui — no toman medicamentos para mantenerse saludables.
No son engordadas rápidamente y respiran el aire saludable de Montaña Solitaria
todo el día. Incluso las verduras tienen suerte: son fertilizadas con desechos
de los cerdos y los pollos en lugar de productos químicos. Al igual que el
ganado, solamente son regadas con agua de manantial.
Beijing
cuenta con estos cerdos de clase media alta, pollos acomodados y verduras de
lujo para enriquecer a la nación ahora que la “fabricación de aparatos” ya no
es suficiente. Para combatir la desaceleración del crecimiento de China que ha
puesto a temblar los mercados mundiales desde inicios del año, el partido
comunista espera que las masas no sólo gasten, sino que mejoren sus gustos
hasta un punto en el que compren más artículos de gran margen, como la carne de
Montaña Solitaria.
A menudo se
dice que China tiene una economía de doble vía — donde la fabricación está
decayendo y el consumo y los servicios están fortaleciéndose — pero hay una
división incluso dentro de la parte de la economía que depende del consumo, según
Boston Consulting Group (BCG). Su informe pronostica que, para el año 2020, el
81 por ciento del crecimiento del consumo chino provendrá de hogares con
ingresos disponibles anuales superiores a los US$24,000, los cuales BCG llama
“clase media alta” o “acomodados”.
La
consultoría espera que el número de estos hogares se duplique hasta los 100
millones en cuatro años. Se pronostica que abarquen el 30 por ciento de todos
los hogares urbanos, en comparación con el 17 por ciento a finales del año
pasado y un 7 por ciento en el año 2010.
A estas
personas les gusta saber que sus cerdos están respirando un aire más limpio, y
bebiendo un agua más limpia que incluso ellas mismas. Beijing ha contribuido
sin darse cuenta a este mercado, facilitando la grave contaminación de los
suelos y el agua continentales en su lucha por lograr la revolución industrial
china, lo cual ha hecho de la seguridad alimentaria uno de los temas más
importantes para los consumidores.
Y, ahora que
cada vez más compradores tienen el dinero para evitar el efecto negativo de
toda esa contaminación en sus alimentos, están cada vez más dispuestos a gastar
dinero para lograrlo. En Taobao, el mercado chino en línea, el “cerdo negro” de
granja de Montaña Solitaria cuesta aproximadamente un tercio más que el cerdo
“blanco” normal en el mercado local de alimentos.
En vísperas
del inicio este fin de semana del nuevo año lunar — el cual da inicio con la
comida más importante del año, “nianyefan” o la cena de vísperas de año nuevo —
las ventas de carne de cerdo negro de Montaña Solitaria se multiplicaron
docenas de veces, según el agricultor Ah Tu, un experto en tecnología de la
información quien divide su tiempo entre Shanghái y su pueblo natal. Ahora hace
grandes negocios en Taobao con los cerdos, pollos, cabras montesas, patos y
otros animales criados en Montaña Solitaria.
Ah Tu no es
su nombre real: es un apodo que ha elegido para combinar el carácter chino para
la tierra con un prefijo que indica que es una persona campechana. En realidad
no es tan rústico: durante los dos días que pasamos con él, estuvo
constantemente negociando ofertas por los cerdos mediante sus dos teléfonos
inteligentes, a veces a través de su auricular Bluetooth. Un empresario llamó
para pedir 200 lotes de carne de cerdo negro para regalarles a sus empleados
por el nuevo año lunar. Ah Tu dice que su mayor problema es matar a los cerdos
con la rapidez necesaria para satisfacer la demanda.
Tiene la
esperanza de atraer a más clientes hasta el pueblo de Montaña Solitaria para
que conozcan de cerca los cerdos que están comprando. En el futuro, los
clientes que compran en su tienda de Taobao sabrán el cumpleaños de su criatura
elegida, cuándo fue sacrificada y lo que le gustaba desayunar.
Los bolsos
de lujo pueden estar a la baja, pero a los cerdos de lujo les va muy bien. Tal
vez eso sea lo que Beijing quiere decir con “la nueva normalidad”: un mundo en
el que al menos los cerdos son saludables.
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