sábado, 2 de enero de 2016

Población, medios de comunicación y autoridades claman por el desarme a la población civil.

Por la Redaccion.
El Procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, declaró ayer que se adhiere a la propuesta planteada por el diario HOY en su editorial “Tema complejo pero ineludible”, en el que se propone “Sin prisas pero sin pausa” el Gobierno diseñe una estrategia para sacar de circulación y destruir las armas que están en manos de la población civil.
Dijo que como máximo representante del Ministerio Público se compromete a trabajar en ese sentido bajo el entendimiento de que la sociedad dominicana necesita de una mejor convivencia, de que se reflexione ante cualquier impulso desmedido y de ira.
Abogó por la meditación entre los miembros de las familias dominicanas, que son quienes al final reciben la mayor carga porque destruyen sus vidas y por consiguiente, se lacera a gran parte de la sociedad. “En hora buena llega a la sociedad su comentario que necesitamos se extienda a todos los niveles para trabajar unidos por la paz y convivencia armoniosa de toda la ciudadanía”, expresó Domínguez Brito en una carta que envió al director de este diario, Bienvenido Álvarez Vega, fechada 28 de diciembre pasado.

Agregó que en varios escenarios ha reiterado su postura de que poseer un arma de fuego se convierte en blanco perfecto para un asalto que posteriormente puede culminar en un asesinato, ya que el victimario apunta a esa dirección para conseguir, de cualquier manera, el arma que lleva a la víctima y que más tarde pueda servir para atacar a otras personas con igual intención, “además de despojarlo de otros objetos y dinero en efectivo”.
En el editorial del periódico HOY, que se publicó en la edición del lunes, se plantea que de los 203 de los 239 homicidios cometidos hasta mediados del mes de diciembre fueron ejecutados con armas de fuego. Estamos hablando de una incidencia del 85%, que es mucho decir. Y es significativo el elevado número de armas legales utilizadas para cometer hechos de sangre, lo que indica que gente no apta para portar armas tiene fácil acceso a una licencia para porte de estos artefactos.
Precisa que sin prisas, pero sin pausas, el Gobierno tiene que diseñar una estrategia efectiva que podría incluir medios para entrega voluntaria. Las cifras de homicidios con estos artefactos indican que no se puede continuar evadiendo la complejidad del asunto.
La población.
Sectores de la población también se suman al clamor del desarme, pero algunos llegan mas lejos. Piden la uniformidad en las diferentes autoridades en la valoración de los riesgos del porte ilegal de arma de fuegos, a los fines de que se impongan castigos ejemplarizadores y regenerativos sobre dicho problema.
Consideran que los privilegios irritantes con personas que portan armas, la impunidad en muchos casos, son causas de la proliferación de armas.
 También citan la fragilidad de las penas a los delitos contra la ciudadanía, lo que hace que esta se vea en la obligación de armarse para elevar su propia defensa, ante la falta de severidad de las instituciones a los violadores de la Ley.


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